Es
un tumor pulmonar sólido que mide hasta tres centímetros
de diámetro.
NÓDULO
PULMONAR SOLITARIO (NPS)
Se
define al nódulo pulmonar solitario (NPS) como aquella
lesión única de hasta tres centímetros
de diámetro no cavitada, de bordes netos y rodeada
de tejido pulmonar sano. Es asintomático y generalmente
corresponde a un hallazgo de examen.
El
NPS no es un diagnóstico, sino que una imagen radiológica,
que requiere precisar su etiología (causa) en forma
rápida, pues la mitad de ellos son malignos (cáncer).
Existe
discusión acerca de la conducta a seguir: desde cirugía
inmediata hasta observación. Nosotros preferimos no
observar a los pacientes con NPS, ya que al revisar las experiencias
del servicio de cirugía del Instituto Nacional del
Tórax, de la Fundación Arturo López Pérez
y de la Clínica Santa María, evidenciamos que
la mitad de los nódulos pulmonares únicos eran
malignos en la población general. Sin embargo, en pacientes
fumadores y mayores de 50 años, el riesgo es mucho
más alto, llegando hasta un 80%. Por ello el estudio
debe llegar siempre a establecer el diagnóstico histológico
del NPS.
Los
exámenes generales habitualmente son inespecíficos.
El examen citológico del esputo sólo es positivo
entre un 10% y un 20% cuando se trata de un nódulo
maligno.
La
radiografía y la tomografía helicoidal (TAC)
de tórax nos permiten determinar el tamaño,
ubicación, lobulaciones, bordes, cavitaciones, etcétera.
El análisis de estos componentes puede orientar, pero
no hace diagnóstico.
La
broncoscopía está indicada cuando el nódulo
es de ubicación central y se puede efectuar biopsia
por punción transbronquial. En NPS periféricos
se prefiere la punción percutánea bajo TAC.
El
diagnóstico más moderno por imágenes
es el PET-CT, que es una tomografía por emisión
de positrones fusionada a un TAC helicoidal, que muestra la
actividad metabólica de un nódulo. Si ésta
es elevada, la posibilidad de que se trate de un cáncer
también lo es.
Cuando
no se ha logrado tener un diagnóstico de certeza con
los procedimientos mencionados, la conducta es quirúrgica,
con extirpación del nódulo por VIDEOTORACOSCOPÍA
o CIRUGÍA VIDEOASISTIDA y biopsia rápida intraoperatoria.
Según el resultado histológico se continúa
con la cirugía oncológica, o se termina el procedimiento
con la mínima agresión de la videocirugía
para el paciente.
La
conducta actual, ante la progresión de las imágenes
radiológicas del TAC helicoidal, es la videocirugía
en todos los nódulos mayores de un centímetro;
el control trimestral en los nódulos menores de cinco
milímetros, y en los de 6-9 milímetros, dependiendo
del caso, se opta por la observación o la cirugía.